Los anillos Tsurikawa eran originalmente correas de mano que la gente usaba para viajar en autobús o en el metro en Japón. Estos anillos eran robados de los trenes por jóvenes mafiosos japoneses, también conocidos como Bosozokus, y colgados del parachoques trasero de sus coches. Con el tiempo se convirtieron en un símbolo de rebelión.